¿Por qué a las personas de hoy no les interesa formarse espiritualmente?
Así es como el individuo empieza a rehusar conocer el sentido último de la vida y los caminos que habrían de llevarle a ese objetivo. Para él todas esas cosas son algo menor, que debe ser despreciado.
Las más significativas desviaciones de lo que debería ser una educación espiritual adecuada, son:
1) El alejamiento de las vías de recepción de la Gracia. Esta es la consecuencia natural del desprecio al hecho que el hombre que debe ser educado es cristiano y que no solamente tiene fuerzas naturales, sino también espirituales, recibidas por medio de la Gracia. Sin estas últimas, el cristiano es como un jardín sin vallado, pisoteado constantemente por los demonios y devastado por la tormentas del pecado y del mundo, al no contar con nadie que le ayude a despertarse y reaccionar.
2) El hecho que las personas se preparan principalmente para la felicidad terrenal, mientras borran el recuerdo de la vida eterna de sus mentes. Y esa clase de felicidad es lo que se inculca tanto en casa como en la escuela.
3) El espíritu de indolencia y superficialidad que domina en todo, incluso en la labor sacerdotal.
Al no contar con la debida formación doméstica y al ser objeto de semejante forma de educación, el hombre generará, indudablemente, una mente confundida y empezará a formarse una idea distorsionada de lo que son las cosas, como si tuviera unos anteojos estropeados o mal graduados. Así es como el individuo empieza a rehusar conocer el sentido último de la vida y los caminos que habrían de llevarle a ese objetivo. Para él todas esas cosas son algo menor, que debe ser despreciado.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Calea spre mântuire, Editura Egumenița, 2008, pp. 83-84)