Por qué los cristianos ortodoxos honramos a la Madre del Señor
No nos podemos imaginar ser fieles a Cristo e indiferentes ante la Madre del Señor. ¡Eso no es posible! Al menos en nuestra Iglesia, que es una Iglesia que honra a la Madre del Señor.
¿Qué le decimos a la Madre del Señor? “Santísima Señora mía, Madre de Dios, tú, que eres la luz de mi oscurecida alma, mi esperanza, mi protección, mi defensora, mi consuelo y mi alegría”. Ciertamente, cada uno de nosotros tendría que poder decir: “La Madre del Señor es, para mí, mi Soberana, mi esperanza (nuestra esperanza crece cuando sabemos que ella ora por nosotros), mi protección (es decir, mi defensora), mi consuelo y mi alegría”.
Esta es la ventaja que tenemos nosotros, los cristianos ortodoxos, a diferencia de aquellos que no honran a la Madre del Señor, aunque tampoco la deshonren. Tenemos que saber distinguir entre uno que la denigra o la difama y otro que no la honra. ¡Y es que hay tantos indiferentes ante la Madre del Señor!
Nosotros tenemos ciertas ventajas ante ellos, verbigracia: no nos podemos imaginar ser fieles a Cristo e indiferentes ante la Madre del Señor. ¡Eso no es posible! Al menos en nuestra Iglesia, que es una Iglesia que honra a la Madre del Señor.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Daruri din darurile primite, Editura Andreiana, 2009, p. 214)