Palabras de espiritualidad

Por qué no tenemos que fingir ser humildes

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Un monje me dijo que, cuando era apenas un novicio, se esmeraba en tener un discurso humilde, creyendo, en su ignorancia, que esto tiene algún valor. 

Un día, cuando hablaba “humildemente”, acusándose a sí mismo, lo hizo tan bien, que quienes le escuchaban, en vez de creer una mentira o una exageración lo que el monje les decía, pensaron que era cierto. Y esto vino a causarle un gran pesar y amargura.

Frente a nuestro semejante tenemos que comportarnos con prudencia y celo, pero también con modestia, respondiendo con el silencio a los elogios y las ofensas. Eso, solo si, pidiendo perdón y, si es necesario, aclarando brevemente las cosas, podemos calmar al otro y reconciliarlo con nosotros.

(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov,Cuvinte către cei care vor să se mântuiască, traducere de Adrian si Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2000, p. 10)

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