Palabras de espiritualidad

¿Por qué preferimos la justicia en esta vida a la Paz de lo Alto?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Cuando nos apartamos de todo, Dios puede todo para nosotros, porque sólo Él permanece a nuestro lado. Y esto nos da una verdadera paz interior.

A veces sucede que algunos fieles se escandalizan por las maldades de otros o por lo que hacen los incrédulos. En verdad, cuando miramos a nuestro alrededor, notamos que Dios —según la lógica humana— reparte injustamente Sus bondades. En donde tendría que ofrecer felicidad, Él no permite sino infortunio. En donde tendría que dar riquezas, Él da pobreza, y en donde tendría que dar pobreza, da riqueza. Cuando esperamos Su bendición, nos golpea duramente, en tanto que otros los mantiene con una permanente sonrisa. Llegamos a decir, utilizando una expresión moderna, que Dios discrimina. Y nos escandalizamos. ¿Por qué?

Simplemente, porque nuestro corazón está dirigido a todas esas cosas, aferrándose a ellas, queriéndolas, deseándolas. Sin embargo, deberíamos buscar la salida a estos “dramas” en otra parte. No deberíamos intentar apartar esa aparente injusticia, sino que tendríamos que dirigir la mirada a nuestro propio interior. Tendría que producirse una transformación en nosotros, como apartarnos completamente de lo mundano. En todo caso, necesitaríamos apartarnos de la lógica humana, del razonamiento humano y del deseo de alcanzar toda clase de bondades. Estemos atentos a esto. Cuando nos apartamos de todo, Dios puede todo para nosotros, porque sólo Él permanece a nuestro lado. Y esto nos da una verdadera paz interior. De lo contrario, si hay algo en nuestro corazón que no esté orientado a la vida futura, sino solamente a lo que hay en este mundo, no dejaremos de sufrir.