¿Por qué se tocan las campanas por los reposados?
La práctica de la Santa Iglesia establece que la muerte de algún miembro de la parroquia sea anunciada con el sonido triste de las campanas. Desde un punto de vista meramente simbólico, el sonido de las campanas representa también al de los clarines angelicanes, anunciando la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo.
La parroquia, como reunión eucarística alrededor del Santo Altar y de la Divina Liturgia, vive tanto los momentos de alegría, como los de tristeza, cual sucesos litúrgicos comunes. Si en los momentos de alegría la Iglesia está al lado de sus fieles, con mucha más razón lo está cuando se trata de períodos de prueba, haciéndose todos un solo cuerpo. Por motivos prácticos, los sucesos litúrgicos de la vida en comunidad debían anunciarse, de alguna manera, a todos. Así fue como la Iglesia tuvo que pensar la forma de practicar tales anuncios. De acuerdo a la historia del culto cristiano. en la época de las persecuciones apareció, por primera vez, un martillito de madera. Con él se llamaba a las puertas de los cristianos, para anunciar el lugar en donde se celebraría la Liturgia. El uso de tal objeto se ha mantenido hasta nuestros días, cuando se golpea la toaca (simandrón), anunciándose a los cristianos que un nuevo día litúrgico ha empezado.
Al cesar las persecuciones e instaurarse la libertad para practicar el culto cristiano, la Iglesia recurrió a otros métodos para anunciar las festividades y otros momentos litúrgicos. Aunque la campana era conocida desde mucho tiempo atrás en el norte de África y en el Extremo Oriente, los cristianos la utilizaron relativamente tarde, en el siglo VI. Entonces, de acuerdo a la tradición, San Paulino de Nola (de la región de Campania) instaló junto a la iglesia de aquel lugar, una campana de cobre, que se golpeaba con un bastón.
Desde un punto de vista histórico, hablamos de una necesidad práctica, a la que la teología cristiana le otorgó también una interpretación simbólica. El sonido de la campana expresa la alegría triunfante de la Iglesia, así como subraya un verso de la ceremonia de bendición de las campanas: “Todos los que puedan escuchar su llamado, de día y de noche, que se llenen de la santidad de los santos”. Así, la práctica de la Santa Iglesia establece que la muerte de algún miembro de la parroquia sea anunciada con el sonido triste de las campanas. Desde un punto de vista meramente simbólico, el sonido de las campanas representa también al de los clarines angelicanes, anunciando la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo.
Más allá de esta interpretación simbólica y mística, actualmente tocamos las campanas por los difuntos, con el deseo de anunciar a la comunidad entera que alguien querido, un miembro del Cuerpo de Cristo, ha descansado en el Señor, de manera que quienes escuchen su triste sonido, oren por el alma del cristiano que ha partido hacia el Reino de Dios.