¿Por qué te complicas tanto la vida?
Del mismo modo en que el operario presiona un botón en una máquina y de esta salen cosas hermosas, sin que él sepa cómo funciona dicho mecanismo, lo mismo hace Cristo: sin que tú sepas el cómo, Él lo logra todo.
“Que el alma confíe en Cristo, que lo invoque y que no le tema a nada” (San Hesiquio).
Pero pase lo que pase contigo, ya sea que caigas en el pecado, ya sea que fracases o que termines en la depravación, no permitas que tu alma pierda el coraje. Que invoque a Cristo y que no se preocupe por nada más.
San Hesiquio nos pide apartarnos de cualquier sombra de tristeza, decepción, desánimo o apocamiento, de cualquier elemento que debilite nuestro organismo, exhortándonos a cuidar nuestro espíritu y repetir con serenidad: “¡Señor Jesucristo, ten piedad de mí, pecador!”. Lo demás queda en manos de Cristo. Del mismo modo en que el operario presiona un botón en una máquina y de esta salen cosas hermosas, sin que él sepa cómo funciona dicho mecanismo, lo mismo hace Cristo: sin que tú sepas el cómo, Él lo logra todo. Entonces, ¿por qué te preocupas? ¿Por qué te agitas? ¿Por qué te complicas tanto la vida?
(Traducido de: Arhimandritul Emilianos Simonopetritul, Cuvânt despre trezvie. Tâlcuire la Sfântul Isihie)