Palabras de espiritualidad

Probando nuestro amor a Dios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

El propósito general de las tentaciones es el de probar nuestro amor a Dios y nuestro odio al demonio y sus obras.

El propósito general de las tentaciones es el de probar nuestro amor a Dios y nuestro odio al demonio y sus obras. Por medio de todas las tentaciones que el astuto provoca a los cristianos, su amor a Dios es puesto a prueba... o la debilidad de su fe. Las tentaciones diferencian a los que se demuestran amantes de Dios y perseveran en su amor a Él, por lo que aprenden de semejantes pruebas, con su templanza, apartándose hasta carecer de ellas.

Refiriéndose al propósito espiritual de esta lucha invisible, San Máximo el Confesor dice que: “Dios, siendo bueno y queriendo arrancar de nosotros totalmente la semilla del pecado, es decir, el placer, que aleja la mente del amor a Dios, permite que el demonio nos traiga tormentos y castigos. Con esto, Él seca el veneno del placer con los tormentos del alma y, al mismo tiempo, quiere sembrar en nosotros el odio y el más perfecto asco por las cosas del mundo, que alivian solamente los sentidos, aunque no provoquen sino dolor. Él quiere hacer, de la capacidad de atormentar y del odio a los hombres que tiene el demonio, una ocasión para volverlos obligatoriamente a la virtud, a esos que voluntariamente se han desviado de ella.

San Máximo el Confesor dice. “Dios permite que el demonio aceche las almas cristianas, para que también los hombres conozcan, por experiencia, su maldad. Así, Él quiere que, mostrándoselos de esta forma, (el demonio) les parezca repulsivo, para que los hombres se revelen mutuamente, por medio de las pruebas, la disposición de su alma y que cada uno tenga a su propia conciencia como defensor espiritual”.

(Traducido de. Nevoitor, Război în văzduhul inimii, Editura Credința strămoșească, p. 36-37)