¿Puede la esposa ser cabeza de familia?
La naturaleza del hombre, como la de la mujer, no ha cambiado. Lo que ha cambiado es la mentalidad de las personas.
La jerarquía familiar, manifestada en la hegemonía del hombre en la familia. es un tema muy doloroso de discutir hoy en día. En Occidente, donde el feminismo ha obtenido una victoria total desde hace mucho tiempo, este tema es un tabú. Hablar o escribir sobre el hecho que el esposo es la cabeza de la familia ha llegado a ser algo inconcebible. Esposo y esposa son vistos como dos socios con derechos iguales en el proyecto de negocios llamado “familia”.
Incluso en la literatura cristiana sobre temas de psicología conyugal y matrimonial —por ejemplo en la editada en los Estados Unidos— el problema de la jerarquía familiar es evitado cuidadosamente, y esto a pesar de que los protestantes conocen la Biblia y todos los pasajes que hablan de este asunto: Génesis 3, 16, I Pedro 3, 1, Efesios 5, 22-24, Colosenses 3, 18, etc. Sin embargo, la corrección política se impone. (...)
¿Cuál es la situación en nuestros países? También aquí hay voces que reclaman, aún en el medio ortodoxo, que la esposa puede perfectamente ser cabeza de familia, ya que la sociedad ha cambiado y hay mujeres que tienen muchos más estudios que los hombres, siendo capaces de orientarse mejor ante los problemes y ganar más que sus esposos. Algunos sacerdotes han comenzado a adoptar tal forma de pensar.
El hecho que a día de hoy veamos pocos hombres fuertes y responsables, capaces de ser las cabezas de sus familias, no significa que la Santa Escritura haya quedado obsoleta y que todo lo que ahí se dice sobre la jerarquía familiar deba ser revisado. La naturaleza del hombre, como la de la mujer, no ha cambiado. Lo que ha cambiado es la mentalidad de las personas, la perspectiva sobre estos problemas, pero el deber de la Iglesia y las familias ortodoxas es precisamente dar testimonio al mundo, confirmando que todo lo que dice la Biblia sobre el hombre y la mujer es una verdad inmutable, demostrada a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Sí, actualmente conocemos muchísimas familias en las que la mujer tiene el rol de cabeza, mientras el hombre queda en subordinación... ¿pero acaso son felices en esa situación? Porque el propósito de la familia no es el de funcionar así, con dificultades, sino vivir en felicidad, en amor y unidad.
(Traducido de: Pr. Pavel Gumerov, Conflictele familiale: prevenire și rezolvare, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2013, pp. 78-79)