Si hablamos en líneas generales, casi todas las mujeres esperan dos cosas fundamentales de parte de sus esposos: en primer lugar, la capacidad de tomar decisiones (en otras palabras, un carácter decidido) y saber asumirlas. Y es que el marido está llamado a ser la cabeza de la familia.

Lo segundo que toda esposa espera es una actitud atenta y delicada por parte de su marido, porque Dios puso en la naturaleza de la mujer la perspectiva de apoyarse en el hombro varonil, para allí encontrar cuidado, soporte, atención y consuelo.

Si la mujer no encuentra esto en su marido, su comportamiento se hará disonante con su esencia femenina. Y así, sufrirá tanto ella como su esposo.

Por un lado, un carácter decidido y responsable; por el otro, ternura y atención. ¡Esta es la llave del corazón de la mujer amada! 

(Traducido de: Pr. Pavel Gumerov, El şi ea: în căutarea armoniei conjugale, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu Vlas, Editura Sophia, București, 2014, pp. 40-41)