Palabras de espiritualidad

¿Qué es lo que un hijo trae consigo cuando viene al mundo?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

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Un hijo nos trae plenitud, alegría, el gusto de la pureza, de la inocencia y de la belleza de la diafanidad. No creo que sea necesario hacer aquí una defensa a ultranza de la procreación, porque se trata de un asunto por todos conocido. El niño ayuda a consolidar la familia, uniendo a los esposos, así como suele decirse. Es bienvenido, también porque provoca que los dos esposos salgan de su egoísmo anterior.

Tener hijos se ha convertido, actualmente, en algo indeseable, porque presupone dolor, cuidado, cansancio, estrés, esfuerzo financiero... Pero, ¿qué es lo que un hijo trae consigo?

A mí me parece que, poco a poco, las familias empiezan a tener nuevemante más hijos. Creo que son realmente pocos los que no quieren tener hijos, argumentando eso que mencionabas. No es posible que desaparezca ese instinto natural de procrear. Personalmente, conozco muchas familias que tienen dos, tres, cuatro y hasta más hijos. Ciertamente, un hijo implica atención, cansancio y toda clase de esfuerzos, pero no se trata de nada que no nos sea natural. El que rechaza tener hijos es como si condenara su propia venida al mundo. Esa persona no existiría, si sus padres pensaran de la forma en que ella lo hace ahora. Así fue como Dios hizo las cosas, para que naciéramos y, en su debido momento, procreáramos. Un hijo nos trae plenitud, alegría, el gusto de la pureza, de la inocencia y de la belleza de la diafanidad. No creo que sea necesario hacer aquí una defensa a ultranza de la procreación, porque se trata de un asunto por todos conocido. El niño ayuda a consolidar la familia, uniendo a los esposos, así como suele decirse. Es bienvenido, también porque provoca que los dos esposos salgan de su egoísmo anterior. Juntos, desde ahora se encontrarán en un tercero, quien es también una persona aparte. Entonces, es importante recordar que si la unión de los esposos representa el matrimonio en sí, los hijos no son sino los frutos de esa unión.

Una vez crecen, los hijos parten para hacer su propia vida y los esposos vuelven a quedarse juntos, hasta el final. Digo esto, porque muchas veces aparece la tentación de ver en el hijo a un sustituto de la relación con el otro esposo. Hay muchos padres que se refugian en sus hijos, intentando evitar las dificultades y exigencias que conlleva la relación con el otro cónyuge.

(Traducido de: Pr. Prof. Dr. Constantin Coman, Între iluzia împlinirii şi certitudinea eşecului, Editura Bizantină, pp. 58-59)