Qué es y qué no es el ayuno
La Santa Iglesia enseña: el ayuno no es renunciar a la comida, sino apartarse del mal, refrenar la lengua de toda palabra vana y condenatoria, evitar el ardid, rechazar los apetitos y renegar de la mentira y la iniquidad.
Si nos refrenamos de la comida, también tenemos que hacerlo de las pasiones.
La Santa Iglesia enseña: el ayuno no es renunciar a la comida, sino apartarse del mal, refrenar la lengua de toda palabra vana y condenatoria, evitar el ardid, rechazar los apetitos y renegar de la mentira y la iniquidad. Si ayunamos así, nuestro sacrificio será agradable a Dios.
Es imperativo respetar los períodos de ayuno. ¡Sobre todo, los miércoles y los viernes, así como todos los días de la Gran Cuaresma! Contegámonos, pues, al comer y al beber, en la medida de nuestras posibilidades, y esmerémonos en comer mesuradamente y solo cosas simples y sanas.
(Traducido de: Ne vorbesc Stareții de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, 2007, p. 156)