¡Qué generosos somos con el pecado!
Lo que hoy elogiamos, mañana lo juzgamos, y lo que otros condenan, nosotros lo admiramos.
Indagamos sobre los pecados de nuestros semejantes, pero no para sentir pesar, sino para murmurar contra ellos; no para ayudarnos mutuamente a sanar, sino para herirnos más y para cubrir nuestras propias faltas con las de los demás.
No es la conducta de nuestros semejantes lo que nos hace considerarlos buenos o malos, sino dejarnos llevar por nuestros vínculos de amistad o enemistad. Lo que hoy elogiamos, mañana lo juzgamos, y lo que otros condenan, nosotros lo admiramos. ¡Con qué facilidad le toleramos todo a una vida de pecado! ¡Tan generosos somos con el pecado!
(Traducido de: Sfântul Grigorie de Nazianz, Despre preoție, LXXX, Editura Institutului Biblic și de Misiune al Bisericii Ortodoxe Române, București 2007, p. 282-283)