¡Qué grande es la alegría al encontrar la Gracia de Dios!
Reconocemos el descenso de la Gracia Divina por la compunción del corazón, por el sentimiento de arrepentimiento y por el llanto. Inmediatamente le sigue también la alegría.
Muchos teólogos hablan de la deificación de manera abstracta. Lo verdaderamente importante es guardar los mandamientos de Cristo, y así llegaremos a la deificación y a la luz. La apatheia tiene lugar cuando Cristo viene a morar dentro de nuestra alma y de nuestro cuerpo.
Después de la primera visita de la Gracia Divina, comienzan las luchas, la guerra. A veces es necesario que pase mucho tiempo para que alguien asimile la Gracia recibida al principio. Esta asimilación se realiza con paciencia, con templanza y con austeridad, en el tiempo del abandono de la Gracia Divina.
Reconocemos el descenso de la Gracia Divina por la compunción del corazón, por el sentimiento de arrepentimiento y por el llanto. Inmediatamente le sigue también la alegría. La visión de la luz no-creada llega al comienzo de manera negativa, es decir, con lágrimas, con llanto, con la sensación del infierno, al ver nuestras propias pasiones. Este es el inicio de la vida espiritual. En cambio, quienes tienen la experiencia de muchos años de oración constante y de la experiencia de la Gracia Divina sienten que, en primer lugar, se gusta la alegría de la visita de la Gracia, y después vienen las lágrimas y el llanto. Esto puede ocurrir incluso después de más de veinte años de lucha incansable del cristiano.
(Traducido de: Hierotheos Vlachos, Mitropolit de Nafpaktos și Sfântul Vlasie, Cunosc un om în Hristos: Părintele Sofronie de la Essex, traducere din limba greacă de Pr. Șerban Tica, Editura Sophia, București, 2011, pp. 196-197)
