Palabras de espiritualidad

¿Qué hago con mis malos pensamientos?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Cuando el hombre se deja vencer por los pensamientos (perversos), es señal de que antes ha sido presa del orgullo y que estos vienen para ayudarle a hacerse humilde.

Los pensamientos perturbadores y martirizantes difieren mucho entre sí: el ataque o el acecho de los mismos no constituye un pecado, sino que es una prueba para nuestra libre voluntad, que puede decidir entre aceptarlos o rechazarlos. Pero, cuando hay consentimiento y unimos esos pensamientos a nuestras propias pasiones, deben considerarse ya como pecados y es necesario arrepentirse de ellos. Incapaces de oponernos por nosotros mismos a esos pensamientos, debemos acudir a Dios, confesarle nuestra debilidad y pedirle a Él y a la Santísima Virgen todo el auxilio que necesitamos para vencer tales figuraciones. Cuando el hombre se deja vencer por los pensamientos (perversos), es señal de que antes ha sido presa del orgullo y que estos vienen para ayudarle a hacerse humilde.

(Traducido de: Sfântul Macarie de la Optina, Ne vorbesc stareţii de la Optina, Editura Egumeniţa, 2007, p. 145)