¡Qué importante es el discernimiento!
Cada vez que oramos, tenemos que entender lo que nos aleja de Dios, para apartarlo y sentir desprecio por el mundo. Y la bondad de Dios nos dará todas las virtudes inmediatamante.
El discernimiento nos libra de todas las tentaciones, analizándolas y clarificándolas. Pero es imposible alcanzar el discernimiento (justo juicio), si no cultivamos lo siguiente: en primer lugar, la paz, porque la paz trae el sacrificio, el sacrificio trae las lágrimas, las lágrimas traen el temor de Dios, el temor trae la humildad, la humildad trae la prudencia, la prudencia trae el amor, y el amor impide que el alma se enferme y caiga en las pasiones. Y así es como llegamos a reconocer cuando no nos hallamos lejos de Dios. Porque quien quiera alcanzar todas estas venerables virtudes, deberá dejar de temerle a lo demás y empezar a prepararse para la muerte. Y, cada vez que ore, deberá entender lo que lo aleja de Dios, para apartarlo y sentir desprecio por el mundo. Y la bondad de Dios le dará todas estas virtudes inmediatamante.
(Traducido de: Cuviosul Isaia Pustnicul, Douăzeci și nouă de cuvinte, cuv.16, cap. 8 , Filocalia, vol. XII, p. 127, 128)