¿Qué lugar ocupa Dios en mi vida?
No le damos prioridad a hacernos agradables para Él. No es ese nuestro primer objetivo; en todo caso, es una cosa adicional. Nuestro propósito principal es agradarle al mundo.
El Señor está cerca… Viene a cada uno y llama a la puerta de su corazón… ¿Habrá alguien que le responda y le abra? ¿Y quién es el culpable si el corazón se mantiene cerrado? Por todo eso, la culpa es de nuestra falta de fe en la verdad que hemos conocido. Si no fuera así, todo el mundo estaría ya en el camino del Señor. ¿Es mucho lo que se nos pide? ¡Porque no somos totalmente ajenos al Señor!
Lo que sucede es que no le damos prioridad a hacernos agradables para Él. No es ese nuestro primer objetivo; en todo caso, es una cosa adicional. Nuestro propósito principal es agradarle al mundo y sus costumbres.
¡Que nuestra prioridad sea, a partir de hoy, agradarle al Señor, ordenando nuestra vida para cumplir con este propósito! Y veremos cómo todo empieza a transformarse en nuestro interior… Todo será como antes, pero renovado. ¡Eso es todo! ¿Es mucho pedir?
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Viața lăuntrică, Editura Sophia, București, 2000, pp. 19-20)