Palabras de espiritualidad

¡Que nadie ponga en duda el amor de la Madre del Señor!

  • Foto: Tudorel Rusu

    Foto: Tudorel Rusu

Lo que nosotros quisiéramos es que todas las personas llegaran a tener, al menos, esa alegría de la que nosotros gozamos como creyentes que veneran a la Madre del Señor. ¡No hay Ortodoxia sin la Madre del Señor!

Creo que la Madre del Señor se apiadará incluso de quienes la agravian, o, en cualquier caso, se mostrará bondadosa con quienes simplemente no la honran, no por tener algo en su contra, porque ella es buena y seguramente comprende a quienes viven sometidos por la pasión del orgullo o por distintos pecados que les impiden ver las cosas tal cual son, porque rechazan la guía de la Iglesia. El recordado padre Arsenio Boca, que Dios lo tenga en Su gloria, decía que “en una mente torcida, hasta lo que es recto termina torciéndose”. Por tanto, la Madre del Señor se apiadará de aquellos que hayan tenido una mente “retorcida”. Lo que nosotros quisiéramos es que todas las personas llegaran a tener, al menos, esa alegría de la que nosotros gozamos como creyentes que veneran a la Madre del Señor. ¡No hay Ortodoxia sin la Madre del Señor!

El culmen de nuestro ser es, con todo, la figura de la madre. Solamente Dios sabe si alguien, por decirlo de alguna forma, siendo papá, puede ser también como una madre. Es decir, si puede tener corazón de madre, siendo padre, siendo varón. No lo sabemos.

(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, p. 86)