¿Qué puede hacer el sol que no pueda hacer Dios?
“Dios es mucho más grande que el sol. Y más sabio. Y más poderoso. Él puede hacer lo que quiera...”
Cierto día, un hombre lleno del espíritu del mundo le preguntó a un joven:
—¡Venga, muchacho! ¿Acaso crees que por medio de la Santa Comunión viene Cristo a tu interior? ¿Cómo podría alcanzar para todos, si Él es sólo uno?
El joven se quedó pensando un momento, para después responder con una pregunta:
—¿Usted vive en esta ciudad?
—Sí.
—¿Cuántas ventanas hay en toda la ciudad?
—¡Nunca me he puesto a contarlas! Sin duda son muchas, cientos de miles, millones...
—Bien. ¿No es cierto que la luz del sol entra a través de cada una de esas ventanas, a todos nuestros hogares?
—¡Así es!
—¿Y cuántos soles tenemos?
—Uno. ¡Por supuesto que solamente un sol!
Entonces, el joven volvió a preguntar:
—¿Y cómo es posible que un solo sol entre en tantos miles de hogares, a través de tantas ventanas?
En ese momento, el hombre pareció balbucear algo. Pero el joven continuó:
—Como puede ver, el error es suyo. Dios es mucho más grande que el sol. Y más sabio. Y más poderoso. Él puede hacer lo que quiera. Y no es lógico ni correcto que algo que creemos tan normal tratándose del sol, lo consideremos imposible e inadmisible sobre Dios. Él es infinitamente más grande que el sol.