¿Qué puede lograr una sencilla oración hecha con el corazón?
Puede sanar enfermedades y debilidades espirituales, restaurar todo nuestro ser y ayudarnos a renacer.
Una oración que brota del corazón, con lágrimas, puede limpiar nuestros pecados. Pero no solo eso. Puede sanar enfermedades y debilidades espirituales, restaurar todo nuestro ser y ayudarnos a renacer. Esto lo digo desde mi propia experiencia.
¡Pero qué don tan grande es el de la oración!
¡Gloria a Ti, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo! ¡Gloria a Ti, Hijo de Dios, Unigénito, Quien nos fuiste dado como un intercesor para el incesante perdón de nuestros pecados! Gloria a Ti, Espíritu de Santidad, Quien oras por nosotros con “suspiros inefables” (Romanos 8, 26).
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Viața mea în Hristos, traducere de Boris Buzilă, Editura Sophia, București, 2005, p. 132)
