Palabras de espiritualidad

¡Que te alabe todo lo que existe, Señor!

  • Foto: Bogdan Zamfirescu

    Foto: Bogdan Zamfirescu

Cada día pienso con amor en Tu Palabra. Hazme digno, entonces, de proclamar con Tus justos esta alabanza: “¡Gloria a Aquel que se apiadó de nosotros! ¡Gloria a Aquel que nos perdonó!”.

Bienaventurado aquel a quien Tú instruyes con amor, Señor, porque no apartas Tu rostro de los que amas. No apartes tampoco Tu rostro de mí, Señor, para que no me entregue a la perdición el maligno.

Por Tu bondad, ten piedad de mí, que soy débil, y hazme digno del perdón de mis muchos pecados, para que, junto con todos los que se han hecho agradables a Ti, bendiga Tu bondad.

Por Tu bondad, ten piedad de nosotros, Señor, y compadécete de todos los que hemos sido apartados de Tu justicia por no haber guardado Tu palabra, porque, si hubiéramos sabido cumplirla, habríamos alcanzado la salvación.

También yo he sido rechazado junto con todos ellos, e incluso más que ellos. Por eso, por Tu bondad, hazme digno de recibir el perdón de los pecados, y, por el poder de este perdón, concédeme la esperanza de la salvación.

Cada día pienso con amor en Tu Palabra. Hazme digno, entonces, de proclamar con Tus justos esta alabanza: “¡Gloria a Aquel que se apiadó de nosotros! ¡Gloria a Aquel que nos perdonó!”.

A Ti te bendicen las alturas, a Ti te enaltece lo profundo. Ante Ti se postra todo lo que existe, porque todo fue creado por Ti. ¡Todo, oh Piadoso Señor, te glorifica!

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Psaltire sau cugetări evlavioase și rugăciuni scoase din facerile Sfântului Efrem Sirul și așezate după rânduiala Psalmilor lui David, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, p. 80)

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