Palabras de espiritualidad

¿Quién dijo que la mujer no es fuerte?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

La mujer puede parecer débil físicamente o menos fuerte que el hombre, pero tiene un corazón que, una vez puesto en acción, tiene un nivel de resistencia aún mayor que el del hombre.

Padre, San Nectario, en una carta dirigida a unas monjas, les pedía que no olvidaran que eran mujeres, y por eso debían imitar a las santas, no a los santos. ¿Por qué dijo esto San Nectario? ¿Acaso porque las mujeres no tienen resistencia?

—¿Quién? ¿Que las mujeres no tienen resistencia? Yo mismo me he visto sorprendido por su capacidad de resistencia. La mujer puede parecer débil físicamente o menos fuerte que el hombre, pero tiene un corazón que, una vez puesto en acción, tiene un nivel de resistencia aún mayor que el del hombre. Ciertamente, el hombre tiene fuerza física, pero no tiene el corazón de la mujer. Voy a ponerte un ejemplo que quizás venga al caso. Recuerdo que una vez vino a vivir a mi celda una gata con dos o tres de sus crías. Era una gatita muy desgarbada, casi raquítica. Cierto día pasó por ahí un enorme perro de caza. El viejo gato que vivía conmigo salió corriendo despavorido, buscando refugio. Sin embargo, la gata se levantó con el pelo erizado, enfadada, lista para lanzarse sobre aquel perro. Me sorprendió ver aquella escena de valentía. Estaba preparada para proteger a sus hijitos. [..]

Padre, también en la enfermedad la mujer demuestra una mayor fuerza espiritual que el hombre.

—¿Sabes qué pasa? La madre enfrenta continuamente la enfermedad, a través de la enfermedad de sus hijos, adquiriendo, así, mucha experiencia. Ella recuerda perfectamente la temperatura de cada uno de sus pequeños. Ella sabe que el niño que se ahoga o está por desmayarse, con dos golpecitos en la espalda se repone, etc. El hombre no conoce todo esto, no tiene esa experiencia. Por eso, cuando ve que su hijo cambia de temperatura o se pone un poco pálido, entra en pánico y comienza a dar de gritos: “¡Rápido! ¡Llamen a un médico!”.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Viaţa de familie, Editura Evanghelismos, Bucureşti)