¿Quién está siempre a tu lado, listo para ayudarte?
Dios procede con nosotros exactamente como un Padre amoroso y es una tristeza que no siempre seamos conscientes de ello.
Nos movemos, así, como en un libro, y distinguimos solamente alegrías. Justo como un padre que le presenta a su hijo diferentes formas de distraerlo y contentarlo.
Dios procede con nosotros exactamente como un Padre amoroso y es una tristeza que no siempre seamos conscientes de ello, del mismo modo en que el niño no siempre es consciente de las alegrías que le brindan papá o mamá. Él cree que así debe ser todo. Sólo cuando ya no tiene quién le dé esas alegrías, empieza a llorar: “¿En dónde está papá? ¿En dónde está mamá?”.
(Traducido de: Arhiepiscopul Iustinian Chira, Convorbiri în amurg, Editura Dacia, Cluj-Napoca, 2006, p. 24)