Palabras de espiritualidad

¿Quién te impide mantener en tu mente un “¡Señor, ten piedad!”?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si te diriges a cumplir con tus obligaciones con el corazón abierto, sabiendo que todo lo que hagas lo haces para Dios, ¿quién te impide mantener en tu mente un “¡Señor, ten piedad!”?

¿Qué opinión tiene, Padre, de acuerdo a su experiencia, de la actitud ante la mujer, en general? ¿Ha evolucionado la relación entre hombre y mujer?

—Yo pienso que, en general, es algo que ha evolucionado positivamente. Sin embargo, también hay muchísimos casos en los que las mujeres apenas pueden aguantar a sus esposos, sea por ebrios o incluso por descreídos. En verdad, hay muchos que se quedaron estancados en el ateísmo del pasado y sus esposas luchan con denuedo para hacerles volver a la fe, aunque no sea una tarea fácil. Con algunos se puede, pero otros dicen: “¿Qué? ¿Otra vez orando? ¿Qué eres, una sectaria?”. ¡Cuántos casos de esos hay! Pero también hay familias en las que se vive en una completa armonía espiritual... aunque el trabajo y las ocupaciones nos quitan mucho tiempo.

Por eso, nosotros, como padres espirituales y sacerdotes, en general, recomendamos a quienes no tienen tiempo para cumplir con una regla de oraciones, porque madrugan para ir a trabajar, que mantengan un estado de oración, dondequiera que se encuentren.

Si te diriges a cumplir con tus obligaciones con el corazón abierto, sabiendo que todo lo que hagas lo haces para Dios, ¿quién te impide mantener en tu mente un “¡Señor, ten piedad!”? Al volver a casa, lo harás lleno de ese sentimiento de saberte un hombre de Dios.

(Traducido de: Părintele Arsenie Papacioc, în Apostolat în Țara Făgărașului, nr. 18/iulie 2008, p. 9)