¿Quieres dejar de temerle a la muerte?
El temor a la muerte no es provocado por la muerte misma, sino por nuestra propia forma de vida. ¿Quieres, entonces, dejar de temerle a la muerte? ¡Vive cristianamente!
He conocido monjes muy ancianos que le temen a la muerte, aún más que los jóvenes. ¿Cómo es posible semejante cosa? ¿Cómo debemos entender y esperar el momento de la muerte, de acuerdo al Evangelio?
El temor a la muerte no es provocado por la muerte misma, sino por nuestra propia forma de vida. ¿Quieres, entonces, dejar de temerle a la muerte? ¡Vive cristianamente! “Para el que teme al Señor, todo irá bien al fin, en el día de su muerte se le bendecirá” (Eclesiástico 1, 13). Quien ha vivido en virtud no puede tener una mala muerte. El que está preparado para la muerte no le teme a esta, aunque venga inesperadamente.
Mientras vivamos, amemos a Dios con todas nuestras fuerzas. Que nuestra vida nos sirva solamente para avanzar en el amor a Dios. La medida del amor que la muerte halle en nosotros, será la medida del amor que nos llenará durante toda la eternidad ante Dios.
¡Cuánta alegría comprendería a las almas, si tan sólo supieran cuánto nos ama Dios y cómo espera que le abramos! (Apocalipsis 3,20). Orígenes dice: “Dios se preocupa más por nuestra salvación, que el demonio de nuestra perdición, porque Dios nos ama mucho más de lo que el demonio podría odiarnos”.
(Traducido de: Ne vorbește părintele Arsenie Papacioc)