Palabras de espiritualidad

Recorriendo juntos el camino que lleva al Señor

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Si fuéramos verdaderamente conscientes de la desesperante necesidad en la que nos hallamos, aceptaríamos de buen grado abrirnos y amar a todos los que nos rodean.

La Iglesia, todos nosotros, somos una multitud en movimiento, una multitud vestida con harapos espirituales, una multitud de pecadores. Una sola cosa tenemos en común: no la santidad, sino la conciencia de nuestras agobiantes necesidades. Por eso, debemos ser capaces de abrirnos a los demás, siendo misericordiosos, comprensivos y compasivos con todos. Si fuéramos verdaderamente conscientes de la desesperante necesidad en la que nos hallamos, aceptaríamos de buen grado abrirnos y amar a todos los que nos rodean. Si esto no es así, es que aún no hemos entendido quiénes somos y en dónde estamos. Nos hallamos todavía en tierra ajena, aunque hayamos empezado ya el camino de regreso y, como el hijo pródigo, no hemos llegado aún a nuestro destino.

Sabemos solamente que somos esperados, que el Padre nos espera, que nos extraña, pero aún no hemos alcanzado esa paz, esa realización que significa volver a casa.

(Traducido de: Mitropolitul Antonie de SurojFăcând din viață rugăciune, Editura Sofia, pp. 101-102)