Lo más terrible de todo es que quienes entran en esta clase de relaciones “fáciles”, no son capaces de superar ni siquiera la primera crisis que aparece, aún sabiendo que las crisis no sólo son inevitables, sino que también son necesarias.

Si, por ejemplo, tengo un problema con mis hijos, buscaré la forma de resolver la situación, y al final todos comprobaremos que entre nosotros hay un amor más grande de lo que creíamos. Dejando atrás las situaciones difíciles y resolviendo este enigma educacional, alcanzamos una mayor plenitud de vida, una felicidad más grande, concientizando el hecho de haber entendido a aquel a quien amamos.

Bien, esta es la responsabilidad que quieren evitar a toda costa quienes buscan relaciones “fáciles”.

(Traducido de: Dmitrii Semenik, Dragostea adevărată: taina dragostei, înainte și după căsătorie, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2012, p. 85)