Palabras de espiritualidad

Renunciando a nuestras pasiones, llamamos a la Gracia de Dios

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Cubiertos por la Gracia, como con un vestido de bodas, entraremos en la morada Celestial de Cristo, en una eterna e infinita felicidad, en un gozo perpetuo, del cual nos habrá hecho merecedores el Señor, con Su inefable misericordia.

Si luchamos consciente y decididamente contra nuestras pasiones, la Gracia de Dios brillará en nosotros. Y se encenderá en nosotros, tal como se encendió en la vida de los apóstoles y la de todos los santos. La Gracia alejará de nosotros todos los ardides del maligno. Y nos dará las fuerzas para respetar firmemente los mandamientos del Señor, uniéndonos para siempre con Él.

La luz de la Gracia encenderá nuestra alma, cuando tenga que abandonar nuestro cuerpo, ahuyentará los demonios en los peajes etéreos, nos revestirá cuando el estremecedor Juicio de Cristo, y, cubiertos por la Gracia, como con un vestido de bodas, entraremos en la morada Celestial de Cristo, en una eterna e infinita felicidad, en un gozo perpetuo, del cual nos habrá hecho merecedores el Señor, con Su inefable misericordia.

(Traducido de. Sfântul Ierarh Serafim (Sobolev) Făcătorul de minuni din SofiaPredici, Editura Adormirea Maicii Domnului, București, 2007, p. 129)