Renunciar a ser honrado, para recibir la honra de Dios
Cuando el hombre se despoja de todo para seguir a Dios, Él lo reviste con la gloria y la pureza.
Reprende tu propia honra, para ser honrado; pero no la ames, porque serás deshonrado. Cuando el hombre busca ser honrado, la honra se aparta de él. Pero, si el hombre huye de la honra, esta lo busca y proclama ante todos su humildad. Si desprecias la honra y no quieres ser ensalzado, Dios lo revelará a los demás. Dichoso de aquel que en todo se hace humilde, porque será enaltecido.
Cuando el hombre siente hambre y sed de Dios, Él lo alimenta con Sus bondades. Cuando el hombre se despoja de todo para seguir a Dios, Él lo reviste con la gloria y la pureza.
(Traducido de: Arhimandritul Serafim Alexiev, Viaţa duhovnicească a creştinului ortodox, traducere din limba bulgară de Valentin-Petre Lică, Editura Predania, Bucureşti, 2010, p. 207)