Restaurándonos por dentro
La contrición nos da la confianza de que el maligno puede ser derrotado.
¡Qué grande es el poder de la contrición! La contrición es el medicamento para nuestras faltas, (es) la desolación de las iniquidades, torrente de lágrimas, confianza en Dios, arma contra el demonio, espada que cercena la cabeza del maligno, esperanza en la salvación, destrucción de la desesperanza. La contrición abre el Cielo y nos lleva al Paraíso. Es la victoria sobre el demonio (por eso la menciono con tanta frecuencia); como podemos ver, la contrición nos da la confianza de que el maligno puede ser derrotado.
Por eso, hermano, si eres un pecador, no pierdas la esperanza. Te recomiendo el medicamento de la contrición, porque grande es su poder contra el demonio. ¡No pierdas la esperanza! Si caes cada día, levántate y arrepiéntete. Y como hacemos con las casas antiguas, en las que, después de extraer las partes que tienen moho o que están por derruirse en las paredes, las sustituimos con otras nuevas, y nunca más las descuidamos, así tenemos que actuar con nosotros mismos. Si nuestros pecados nos corroen y derruyen por dentro, restauremos todo con el arrepentimiento.
(Traducido de: Înaltpreasfințitul Pimen, Povățuiri ale spovedaniei, Editura Arhiepiscopiei Sucevei și Rădăuților, Suceava, 2002, p. 21)