Palabras de espiritualidad

Saber distinguir entre el humor y la burla

  • Foto: Oana Nechifor

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La inteligencia está presente en el humor, y también en la burla, pero esta sublime cualidad humana es pura en el primer caso, y no perversa ni diabólica como en el segundo.

Hay personas que saben encontrar un lado cómico a cualquier situación. La risa, per se o considerada desde un punto de vista moral, no es algo condenable. Es sencillamente algo normal para nuestra naturaleza humana y ejerce una influencia positiva sobre la vida interior.

Sin embargo, es necesario hacer una distinción que, en general, no se toma en cuenta. Hay quienes buscan derramar el ácido de su soberbia sobre el sufrimiento y la humillación del infortunio de los demás. En este caso, la risa carece de un sentido creativo. Las personas, en general, se consideran demasiado inteligentes y alimentan su orgullo a costa de las almas más atribuladas. Ese tipo de risa debe ser condenado, porque tiene una connotación negativa. Es lo que llamamos burla. Y nadie tiene derecho a llamarse verdaderamente “humano”, si siente satisfacción al reírse de los estados más profundos y humanos del alma de su semejante.

Pero también hay una suerte de risa creadora. Se trata del humor. Las personas que tienen el don del sentido del humor, son usualmente muy buenas y generosas. Su risa es algo positivo, es algo que ilumina a los demás. Su risa es como un trocito de nuestro anhelo de vida.

El humor es afable, la burla es cruda. El humor es humano, la risa burlona es totalmente inhumana. La inteligencia está presente en el humor, y también en la burla, pero esta sublime cualidad humana es pura en el primer caso, y no perversa ni diabólica como en el segundo.

(Traducido de: Ernest Bernea, Îndemn la simplitate, Editura Anastasia, 1995, pp. 20-21)

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