Asistiendo con frecuencia para honrar y exaltar a Dios, a la Madre del Señor, a los ángeles y a los santos que se hicieron agradables a Él, nos confiamos cada vez más al Señor, a nuestra Señora, a los santos ángeles y a los santos, recibiendo de Dios y de los santos la fragancia espiritual de la santidad, la justicia y la virtud, purificando y fortaleciéndonos el alma con el don de Cristo y el ejemplo de las virtudes de los santos. ¡Cuántos beneficios nos ofrece asistir con frecuencia a la iglesia de Dios, para ofrecerle nuestra doxología! Es algo que nos libra del pecado y de las tentaciones del demonio y del mundo, porque alimenta, descansa, ilumina y fortalece al alma en fe y devoción. ¡Y qué hermosa es la Divina Liturgia en la Iglesia Ortodoxa! En ninguna parte del mundo, en ninguna otra creencia o confesión podríamos encontrar unos oficios litúrgicos tan maravillosos, tan celestiales y excelsos!

(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronștadt, Liturghia – cerul pe pământ, Editura Deisis, 2002, p. 300)