San Nicolás nos protege y nos lleva al camino de la salvación
Él no olvida a los afligidos, a los que se encuentran en tentación y a quienes lloran y desfallecen.
El jerarca Nicolás es venerado como un gran santo. A quienes necesitan de su ayuda les socorre, no sólo con la palabra, sino también con hechos. Él no olvida a los afligidos, a los que se encuentran en tentación y a quienes lloran y desfallecen. Dios obra, por medio suyo, grandes milagros, cuyo número no puede conocerse.
Dios nos envía Sus justos, que obran sorprendentes milagros, para que lo sigamos a Él, como lo hicieran también los santos. Ellos avanzaron siguiendo siempre la luz divina, dejando atrás todo aquello que nos aleja de Dios y confiando de todo corazón y con todo su ser en el Creador, para obtener la plenitud en esta vida.
Nuestra vida terrenal es cercana a la muerte, pero la plenitud la podemos alcanzar sólo en la vida futura. Pero el inicio de esta debe trabajarse ya desde esta vida. Y San Nicolás es un gran auxilio para nosotros, débiles e impotentes, para fortalecernos en la fe y alcanzar la vida eterna.
(Traducido de: Noi minuni ale Sfântului Nicolae, traducere din limba rusă de Lucia Ciornea, Editura Sofia, Bucureşti, 2004, p. 3)