Palabras de espiritualidad

‟¡Sea la luz!”

    • Foto: Stefan Cojocariu

      Foto: Stefan Cojocariu

Translation and adaptation:

‟En un instante lo etéreo se llenó de brillo y la oscuridad retrocedió ante ese extraordinario resplandor. El brillo de la luz que repentinamente envolvió al universo, hizo que la oscuridad cayera profundamente...”

Dijo Dios: “¡Sea la luz! Y fue la luz”.

San Ambrosio escribe: “Dios es el creador de la luz, y el lugar y la razón de la oscuridad es el mundo. Sin embargo, nuestro Buen Creador pronunció la palabra ‘luz’ para poder revelar el mundo, llenándolo de fulgor, y hacerlo bello a la vista. Luego, en un instante lo etéreo se llenó de brillo y la oscuridad retrocedió ante ese extraordinario resplandor. El brillo de la luz que repentinamente envolvió al universo, hizo que la oscuridad cayera profundamente”.

San Efrén, en consonancia con los demás Padres, dice que la luz no tenía ninguna relación con el sol, que fue creado en el cuarto día: “La luz que apareció sobre el mundo era una nube luminosa, o como la luz del amanecer, o como la columna que alumbró al pueblo judío en el desierto. De cualquier manera, la luz no hubiera podido disipar la oscuridad que envolvía a todo, si no se hubiera irradiado por todas partes la materia, o los rayos, como el sol de la aurora. La luz primigenia se irradió por todas partes, por no estar encerrada en un determinado sitio. Y venció a la oscuridad sin hacer un solo movimiento. Toda su actividad constaba en aparecer y desaparecer; cuando desparecía espontáneamente, venía el dominio de la noche, mismo que terminaba cuando la luz volvía a aparecer. Así, la luz hizo que aparecieran los tres días siguientes… Además, ayudó al desarrollo y germinación de todo lo que habría de brotar de la tierra al tercer día; en lo que respecta al sol, fue puesto en el firmamento para que pudiera realizarse todo lo que había aparecido con el auxilio de la luz original”.

(Traducido de: Ieromonahul Serafim RoseCartea Facerii, crearea lumii noi și întâiul om: perspectiva creștin-ortodoxă, traducere de Constantin Făgețan, ediția a 2-a, revizuită, Editura Sophia, București, 2011, pp. 73-74)