¡Seamos como ángeles cuando oramos!
La oración es un inconmensurable don otorgado por Dios al hombre.
La oración es un inconmensurable don otorgado por Dios al hombre. Es por medio de la oración —hecha en Espíritu y en verdad— que conversamos con Él. Semejante honor, concedido a nosotros, los humanos, supera la vasta piedad de los ángeles. Ellos, teniendo rostros y pies cubiertos con sus alas, llenos de humildad aletean alrededor del trono de Dios. Con su actitud nos enseñan a despojarnos de todo afán temporal, de toda la vacuidad propia de nuestra naturaleza y, en este esfuerzo y angélico temor, a alejar nuestra vista de este mundo y sus banalidades. Por eso, debemos orar cual si nos rodearan todas las legiones celestiales, ante Dios Todopoderoso y Omnisciente. Si esta es la forma en que oramos, estaremos practicando la devoción que los ángeles elevan incesantemente en los Cielos.
(Traducido de: Protosinghel Nicodim Măndiță, Învățături despre rugăciune, Editura Agapis, București, 2008, p. 50)