Señor, Tú lo sabes todo... ¡Hágase en mí según Tu voluntad!
La oración pone en movimiento los trabajos divinos. Pero la mejor oración es “¡Señor, Tú lo sabes todo, hágase en mí según Tu voluntad!”.
Cada persona, cada pueblo, hasta la Iglesia misma, flotan en el mar de esta vida, por medio de los poderes naturales y sobrenaturales que fueron puestos en ellos, de acuerdo a las disposiciones que Dios nos dio. El Señor descansa, aún en medio de tantos sucesos que surgen, alternativamente, uno tras otro... Pero Él no comienza a trabajar sino hasta que aparece una amenaza impostergable, algo que pudiera afectar el curso natural de todo, en contra de Sus planes divinos
Él está en todas partes y todo lo cuida; todo lo entibia con la brisa de Su amor, aunque deja que sean Sus criaturas las que actúen, con la fuerza que Él les da, de acuerdo a las leyes y disposiciones que Él nos dejara, defendiéndolas en todas partes.
Él no lo obra todo, a pesar que todo es de Él y sin Él nada pasa. Siempre está listo para trabajar Él mismo, cuando Su infinita sabiduría y justicia concluyen que es necesario.
La oración pone en movimiento los trabajos divinos. Pero la mejor oración es “¡Señor, Tú lo sabes todo, hágase en mí según Tu voluntad!”.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Editura Sophia, București, pp. 153-154)