Palabras de espiritualidad

“Señor, Tú sabes lo que necesito…”

  • Foto: Constantin Comici

    Foto: Constantin Comici

Translation and adaptation:

Al orar no hace falta pasar a dar tantos detalles, porque sería como dudar del poder de Dios de entendernos aun antes de que empecemos a hablarle. Lo importante es que nuestra oración sea sincera, genuina y ferviente.

¿Cómo podemos saber si lo que queremos pedir con nuestras oraciones es bueno y útil para nosotros? Si pido paciencia para enfrentar la enfermedad, y no sanación, ¿es pecado?

—La paciencia es una virtud, una de las más grandes virtudes del cristianismo. Nuestro Señor Jesucristo nos exhorta: “¡Cuando oréis, no pidáis muchas cosas!”. Estas palabras eran también una reacción en contra de la verborrea característica de los fariseos, porque cierto es que nuestro Padre sabe de antemano qué es lo que necesitamos. Así pues, no es necesario esmerarnos tanto en presentar nuestros objetivos, nuestras peticiones. Esto no significa dejar de pensar en esas carencias para las que estamos implorando el auxilio divino, pero no hace falta pasar a dar tantos detalles, porque sería como dudar del poder de Dios de entendernos aun antes de que empecemos a hablarle. Lo importante es que nuestra oración sea sincera, genuina y ferviente, y, si es posible, que seamos capaces de creer con tanta fuerza que la esperanza dé paso a la fe más pura. Tenemos que creer que lo que le estamos pidiendo a Dios ya viene en camino. E, inevitablemente, esto habrá de llevarnos al agradecimiento hacia Él.

(Traducido de: Mitropolitul Bartolomeu Anania, Rugăciunea, izvor de putere în încercările vieții, Editura Doxologia, Iași, 2013, pp. 42-43)