Ser cristianos es una felicidad
¿Qué otra felicidad más grande podríamos sentir en los momentos de angustia, de desconsuelo, de tentación y frustración, o de paz y alegría?
Es bueno no perder de vista esta realidad: ser cristiano es una felicidad, un dulce misterio, un secreto asombroso. Saber que Jesús es el Hijo de Dios y del Hombre, nuestro más perseverante compañero, que podemos llamarlo en cualquier momento, que podemos confiarnos a Él y tomarlo como ejemplo, sentir que ante Él somos responsables de lo que hacemos y de lo que no hacemos, que no lo podemos traicionar y ofender con nuestras malas acciones sin avergonzarnos en lo más profundo de nuestro ser, que no estamos solos y abandonados al devenir de la suerte o el determinismo… ¿Qué otra felicidad más grande podríamos sentir en los momentos de angustia, de desconsuelo, de tentación y frustración, o de paz y alegría?
(Traducido de: Nicolae Steinhardt, Dăruind vei dobândi, Editura Mănăstirii Rohia, Rohia, 2006, p. 219)