Palabras de espiritualidad

Ser hombres de fe es algo que debe demostrarse

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si no tienes fe en Dios, Él no puede acercarse a ti.

¿Qué puede ayudarnos a conseguir que los jóvenes se acerquen a la Iglesia?

En primer lugar, la fe en Dios. La fe te acerca a Dios y a Sus cosas, y si no tienes fe en Él, tampoco Dios puede acercarse a ti.

Por ejemplo, cuando tengo que confesar a algún joven, le pregunto:

—¿Crees sn Dios?

Y me responde: “¡Desde luego, padre!”, asombrado ante semejante pregunta.

Y sigo: “¿Y qué haces tú como hombre de fe?”.

Me responde: “Me esfuerzo en ser buena persona”.

“Pero también entre quienes no creen hay ‘buenas personas’, que actúan correctamente en su vida cotidiana y cumplen con sus deberes sociales”, respondo yo. “Pero ¿qué haces tú como creyente, que no hacen quienes no creen? Por ejemplo, ¿vas a la iglesia?”.

Entonces, me dice: “Casi no, padre…”.

Yo le respondo: “Tampoco quienes no creen. ¿Oras en la mañana y en la noche?”.

—No.

—Tampoco lo hacen los descreídos.

—¿Ayunas?

—Muy poco.

—Lo mismo que los que no son creyentes. ¿Dices blasfemias o insultos?

—A veces se me escapa alguna palabra fuera de lugar…

Finalmente, concluyo: “Dime ahora: ¿eres un creyente o una persona sin fe?”.

Y me responde: “¡Padre, creo que no soy un hombre de fe, sino todo lo contrario!”.

(Traducido de: Arhimandritul Teofil PărăianIubirea de aproapele – ajutor pentru bucuria vieții, Editura Doxologia, Iași, 2014, pp. 66-67)