Ser un mártir voluntario
Bendito sea aquel que soporte la enfermedad con gratitud, porque Dios, viendo esto, lo ayudará a sanar.
«Dios sabe que el cuerpo se humilla con la enfermedad; por eso, no hace falta que lo restrinjas más con el ayuno, la austeridad, etc. En tu caso, tu cuerpo ya ha sido humillado, mucho allá de su propio poder de sufrimiento. Por esta razón, lo que se te pide es únicamente el esfuerzo del espíritu, es decir, la oración. Y nadie está exonerado de ella en esta vida.
Bendito sea aquel que soporte la enfermedad con gratitud, porque Dios, viendo esto, lo ayudará a sanar. Y es que el hombre que sabe agradecerle a Dios en su enfermedad, es un mártir voluntario».
(Traducido de: Arhimandritul Cleopa Ilie, Îndrumări duhovnicești pentru vremelnicie și veșnicie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 24)