¿Seremos reconocidos por el Señor en el Día del Juicio?
Él es el Pastor: todas Sus ovejas vienen a Él, cumpliendo con Sus santas enseñanzas y respetando Sus santos preceptos. Los pecadores son las ovejas débiles y enfermas.
“Ustedes no creen, porque no son de Mis ovejas”, les decía el Señor a los judíos que no creían en Él. “Mis ovejas escuchan Mi voz; Yo las conozco a ellas, y ellas me siguen”. Los descreídos no son parte del rebaño de Cristo. En ese entonces, los incrédulos eran los que no habían entrado al rebaño de Cristo; actualmente, entre nosotros, son todos aquellos que o se han apartado de la fe, o se han alejado del rebaño de Cristo. Él es el Pastor: todas Sus ovejas vienen a Él, cumpliendo con Sus santas enseñanzas y respetando Sus santos preceptos. Los pecadores son las ovejas débiles y enfermas; estos forman parte, de un modo u otro, de las ovejas del rebaño. Por su parte, aquellos que han perdido la fe son los que se han ido quedando atrás, expuestos a que las fieras los devoren. Estos son los verdaderos “rezagados”. Son los que no forman parte del rebaño de Cristo y no siguen Su voz. Tampoco Él los conoce; y no los conoce, porque ellos mismos no se hacen notar de ninguna manera, como sí lo hiciera aquella mujer que padecía de flujo de sangre. Y, el Día del Juicio, son los que escucharán: “¡No os conozco, apartaos!”.
(Traducido de. Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, traducere din limba rusă de Adrian şi Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2011, p. 45)