Si el médico es creyente, es como un apóstol
“¡No se te ocurra acudir a curanderos y hechiceros, porque todo eso es cosa del maligno! Tampoco recurras a médicos que no tengan ninguna forma de fe, porque también ellos le sirven al demonio”.
Una feligresa nos relata:
«Casi todo el tiempo me mantenía enferma, razón por la cual me resultaba casi imposible conseguir un empleo y ganarme un salario. Lo peor de todo es que necesitaba tener un ingreso, para poder sostener a mi familia. Visitando al padre Lorenzo, le pregunté qué podía hacer, y él me respondió:
—Tranquila, que sanarás con plantas. Busca un médico que sea un ortodoxo devoto, porque si el médico es creyente, es como un apóstol. ¡No se te ocurra acudir a curanderos y hechiceros, porque todo eso es cosa del maligno! Tampoco recurras a médicos que no tengan ninguna forma de fe, porque también ellos le sirven al demonio. A estos se les quita el don de la sanación, y aunque eleven alguna plegaria, al final siempre se antepodrán a sí mismos. Porque, si en un recipiente con miel viertes una sola gota de queroseno, toda la miel se echará a perder.
Asimismo, no hagas amistad con los ateos; si te mantienes cerca de un barril lleno de gasóleo, finalmente ese olor se te pegará y no será extraño que en algún momento empieces a quemarte. De la misma manera, si andas con incrédulos, tu misma te quemarás. Dios nos dijo: “estarás con los que han sido elegidos”. Entonces, mantente cerca de los que creen, y verás cómo te va mejor en la vida».
(Traducido de: Sfântul Lavrentie de la Cernigov. Viaţa, învăţăturile şi minunile făcute de Dumnezeu prin acest mare Părinte, Editura Credinţa strămoşească, 2003, p. 45)