Palabras de espiritualidad

Si hay paz en nuestro interior, podemos luchar fácilmente contra el maligno

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

No tenemos que juzgar a los demás ni compararnos con otros, porque la oración del fariseo: “Te agradezco, Señor, porque no soy como este publicano” es una oración de orgullo, de desprecio, y por eso Dios no la aceptó.

¿Cómo obtener la paz, padre? ¿Cómo librar de mejor manera la “guerra invisible”?

—En primer lugar, no tenemos que juzgar a los demás ni compararnos con otros, porque la oración del fariseo: “Te agradezco, Señor, porque no soy como este publicano” es una oración de orgullo, de desprecio, y por eso Dios no la aceptó. También por eso fue que, quien así oraba, fue a dar al fondo del infierno, por haber despreciado a su semejante. Tenemos que orar por todos. No tenemos permitido orar por los enemigos de Cristo, sino solamente por nuestros propios enemigos. El Señor oraba así por Sus enemigos: “¡Perdónalos, Señor, porque no saben lo que hacen!”. Pero Judas y los demás de la sinagoga sí sabían lo que hacían. El Señor oró por los que no sabían lo que hacían, por quienes no se daban cuenta de la verdad de sus actos.

(Traducido de: Părintele Adrian FăgețeanuViața mea. Mărturia mea, Interviuri de Andrei Dârlău, volum coordonat de Ciprian Voicilă, Editura Areopag, București, 2011, p. 77)