Palabras de espiritualidad

Simplemente se trata de conversar con Dios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

La oración da fuerzas al oprimido y hace que el que estaba perdido regrese al rebaño del Señor.

Pensemos en una candela que estaba apagada, y que, al entrar en contacto con otra que está encendida, adquiere la luz de esta última, o en cómo el hierro y el carbón toman fuego del fuego en el que son introducidos, o en cómo una varilla de metal puede conducir electricidad con tan solo tocar un cable conectado a un generador, etc. El que no tiene, recibe del que tiene lo que es necesario y lo cual le falta. Del mismo modo reciben y se atavían con distintos dones espirituales todos los cristianos —por pobres, sencillos y pecadores que sean— que oran a Dios en Espíritu y en verdad; todos los que se esfuerzan y se hacen dignos de conversar con Dios, por medio de sus oraciones.

La oración da fuerzas al oprimido y hace que el que estaba perdido regrese al rebaño del Señor. Sin oración, ninguna buena acción podría llevar al hombre al sendero de la fe, al reino de la luz, a Dios. ¡Cuánta sabiduría, cuántas virtudes y cuántos dones espirituales nos ofrece la oración, que es el diálogo con Dios!

(Traducido de: Protosinghelul Nicodim MăndițăÎnvățături despre rugăciune, Editura Agapis, București, 2008, p. 51)