Sin Dios no podemos amarnos ni siquiera a nosotros mismos
Todos buscamos el amor eterno, pero tanto los ángeles como nosotros, somos seres limitados, nos movemos en el espacio y el tiempo y, por eso, podemos hacer sólo cosas agotables, finitas.
Sólo estando junto a Dios podemos perdonar, porque somos seres finitos. Pero el amor es infinito y sólo Dios, que es infinito, puede hacerlo perfecto.
Todos buscamos el amor eterno, pero tanto los ángeles, como nosotros, somos seres limitados, nos movemos en el espacio y el tiempo y podemos hacer sólo cosas agotables, no finitas.
Sólo Dios es infinito. Él es el único que nos hace perfectos a nosotros, como a los ángeles y a los santos. Sin Dios, no podemos amarnos ni siquiera a nosotros mismos, mucho menos a nuestros semejantes.
(Traducido de: Starețul Tadei de la Mănăstirea Vitovnița, Pace și bucurie în Duhul Sfânt, Editura Predania, București, 2010, p. 128)