Palabras de espiritualidad

Sirviendo a todos por amor

    • Foto: Bogdan Bulgariu

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Translation and adaptation:

Nuestro servicio a Cristo debe mostrarse, incesantemente, en una mansedumbre persistente, en la renuncia a uno mismo y el sacrificio por todos los demás, todos los días y en todos los ámbitos.

Un hombre cualquiera, originario de Samaria, avanzaba tranquilamente sobre su asno por un sinuoso camino lleno de polvo. En eso vio que en medio del camino yacía un individuo malherido. Corrió a levantarlo y procuró hacer todo lo que estaba a su alcance por ayudarlo. Sólo entonces continuó con su viaje. Esta es la forma de servicio al prójimo que la ley de Dios nos ordena practicar. Por eso es que Cristo insiste tanto en que debemos perseverar en el amor, por difícil, largo y escabroso que sea el camino que se nos encomendó seguir.

El Señor nos pide un servicio que debe manifestarse en el amor por todos nuestros semejantes, a quienes redimió con Su sacrificio, siendo todos hermanos entre sí. Nuestro servicio a Cristo debe mostrarse, incesantemente, en una mansedumbre persistente, en la renuncia a uno mismo y el sacrificio por todos los demás, todos los días y en todos los ámbitos. Debemos conseguir que reine en todas partes la mansedumbre, la paciencia, el amor fraterno. Y que todo eso sea fruto de nuestra fe. Asimismo, que nuestras oraciones se llenen de ese espíritu, tanto las que elevamos en comunidad como las que hacemos solos. Este es el único servicio que el Señor espera de cada padre, de cada hijo, de siervos y soberanos.

(Traducido de: Fiecare zi, un dar al lui Dumnezeu: 366 cuvinte de folos pentru toate zilele anului, Editura Sophia, p. 382)