Palabras de espiritualidad

Sobre el canon de penitencia prescrito por el padre espiritual

    • Foto: Bogdan Zamfirescu

      Foto: Bogdan Zamfirescu

Con el tiempo el canon de penitencia ha llegado a entenderse como una obligación. Pero, en realidad, el canon consiste en dejar de pecar. Entonces, ¡lucha por no volver a caer!

¿Qué clase de canon de penitencia puede prescribir el padre espiritual, que no pueda cumplirlo su discípulo? Yo no estoy de acuerdo con esos cánones que implican una fuerte inversión de tiempo o esfuerzo físico por parte del creyente. Yo prefiero los cánones de presencia, de atención, de buscar a Dios. Pero, si no puedes o no quieres cumplir con el canon que te ha prescrito tu padre espiritual, debes decírselo cuando vuelvas a confesarte.

Pero ¿por qué no lo puedes hacer? Eso de “lo hago… no lo hago”, especialmente cuando gana el “no lo hago”, hay que hablarlo con el confesor. Él es el único que puede ayudarte a solucionarlo, porque tiene toda la autoridad para imponer o eximir. Si te dio un canon, no tienes cómo argumentar después que no te prescribió algo bueno, porque tu oportunidad para decírselo era justamente en el momento de la confesión. Tendrías que haberle dicho: “Padre, esta es mi situación. No puedo arrodillarme (por ejemplo), porque tengo problemas en las articulaciones”, “Padre, tengo anemia”, etc. El padre espiritual siempre entra a considerar las particularidades de cada quien, especialmente las limitaciones. Pero si no haces tu canon por desidia o por descuido, entonces sí que eres culpable… De hecho, con el tiempo el canon de penitencia ha llegado a entenderse como una obligación. Pero, en realidad, el canon consiste en dejar de pecar. Entonces, ¡lucha por no volver a caer!

(Traducido de: Arhimandritul Arsenie PapaciocCuvânt despre bucuria duhovnicească, Editura Eikon, Cluj-Napoca, 2003,  pp. 122-123)