Sobre la raíz del pecado
El hombre, engañado por ignorancia, hace una mala elección de lo que se le ha confiado; es decir que elige, en vez del bien verdadero, lo que cree que es bueno.
El motivo por el cual peca el hombre, es el engaño en el que cae al buscar el bien, de cuyo gozo siente sed y al cual persigue. Sobre esto, San Juan Damasceno dice: “También de las cosas malas el comienzo y el final es el bien, porque todo es para bien, tanto las cosas buenas como las contrarias, porque también estas las hacemos sedientos del bien, porque nadie hace lo que hace buscando el mal, porque el mal no tiene existencia, sino que es una falta de existencia, teniendo existencia para el bien y no para sí mismo. Porque todo lo que existe o es para el bien, o para lo que se cree que es el bien”.
En busca el bien, el hombre, engañado por ignorancia, hace una mala elección de lo que se le ha confiado; es decir que elige, en vez del bien verdadero, lo que cree que es bueno, a lo cual tiende no por naturaleza, sino que lo prefiere aun en contra de su naturaleza, por su debilidad de juicio. Pero, ya que el bien es amado y anhelado por naturaleza, el hombre que elige el bien que no es bueno en sí mismo, sino que es solamente bueno en apariencia, siendo que elige un bien deseado en contra de lo que es natural, un bien que no ha sido creado por Dios y, por tanto, malo, ese hombre peca.
(Traducido de: Sfântul Nectarie de Eghina, Despre îngrijirea sufletului, Editura Sophia, București, 2009, p. 51)