Sobre la soledad y el sosiego de los ascetas
Si alguno, por cualquiera de estas tres razones, se muda a otro lugar, su actuar no será injustificado.
Dijo un anciano:
—Los antiguos (monjes) no cambiaban de morada, sino solamente cuando les sucedía alguna de estas tres cosas: si su vecino sentía envidia hacia ellos o murmuraba en su contra, a pesar de haber intentado hacerle cambiar; o si empezaban a recibir muchas visitas con obsequios o elogios desmedidos. O si, viviendo alguna mujer cerca, existía el riesgo de caer en desenfreno.
Si alguno, por cualquiera de estas tres razones, se muda a otro lugar, su actuar no será injustificado. Sin embargo, esto no es aplicable a quienes viven en comunidad, sino a aquellos que viven en la soledad y el sosiego.
(Traducido de: Cuvinte folositoare ale sfinților bătrâni cei fără de nume - pagini de filocalie, Editura Doxologia, p. 259)