Sólo tenemos una deuda: amar
En lo que respecta al dinero, elogiables son los que no deben nada; en lo que respecta al amor, felices son los que deben. Esto, porque el dinero adeudado retrata la ingratitud, mientras que lo deseable es que no se extinga la deuda de amor, porque es señal de agradecimiento.
La deuda de amor es pagada incesantemente, pero nunca por completo. En esta situación, ser deudor permanentemente es bueno y digno de elogio. En lo que respecta al dinero, elogiables son los que no deben nada; en lo que respecta al amor, felices son los que deben. Esto, porque el dinero adeudado retrata la ingratitud, mientras que lo deseable es que no se extinga la deuda de amor, porque es señal de agradecimiento.
Conociendo esto, aquel proveedor de amor que fue el Apóstol Pablo, dice: “Con nadie tengáis otra deuda que la del mutuo amor. Pues el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.” (Romanos 13, 8). (De la “Homilía sobre la parábola de los talentos”)
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Texte alese, volumul I, traducere de Preot Ioan Andrei Târlescu, ediție îngrijită de Ieromonah Porfirie Nichita, Editura Bunavestire, Bacău, 2012, p. 33)