Somos nosotros los que tenemos los ojos cerrados para no ver a Dios
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Los hombres de la actualidad, apenas se les estropea un negocio, o se enferman, o viene sobre ellos cualquier adversidad, dejan de creer en Dios.
Dios sigue activo y obrando milagros, pero ya casi no tiene a quién hacérselos, porque la humanidad ha caído en el engaño causado por la falta de fe, y por eso ya no le cree. Aunque cada día resucitara algún muerto y les contara qué fue lo que vio en la eternidad, nadie le creería. Y es que, los hombres de la actualidad, apenas se les estropea un negocio, o se enferman, o viene sobre ellos cualquier adversidad, dejan de creer en Dios.
(Traducido de: Ierodiaconul Visarion Iugulescu, Lumină pentru candela din suflet, Editura Business Print, 2011, p. 195)
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